La fitoterapia es la técnica médica que se sirve de las
plantas (del griego phytos, planta) para combatir las
enfermedades y restablecer los equilibrios de la salud.
En otros países a esta técnica se la denomina
HERBALISMO.
HISTORIA
Desde el comienzo de creación los seres vivos hemos
sostenido una desigual lucha contra la enfermedad y la
muerte, en la que se han intentado todo tipo de soluciones,
pero de la que, a la larga, desgraciadamente, siempre salimos
perdedores.
Los animales tienen un instinto ancestral que les hace
saber elegir, en un momento determinado, la planta que deben
comer para purgarse o qué alimento necesitan para
restablecer pequeñas alteraciones de su dieta (déficit de
algún mineral, vitamina u oligoelemento). Así mismo saben
instintivamente qué planta es comestible y cual es venenosa.
Desde que el hombre es hombre, también ha ido buscando
distintos remedios para aliviar sus padecimientos. Los
primeros remedios que se usaron, por su variedad, abundancia
y multipotencia, siempre de forma empírica, fueron las
plantas.
Al principio los vegetales se usaron por el mismo instinto
que los animales: nuestros antepasados sabían
instintivamente cuales les eran necesarios y cuales
venenosos.
Mas tarde, con la evolución, el hombre trasciende de lo
meramente físico, sustituye el instinto por la memoria y
comienza a razonar las posibles relaciones causa-efecto. Así
comienza a probar otras plantas distintas: unas por su
similitud con el hombre (por ejemplo la raíz del gingseng),
otras por su color (la belladona en las fiebres con
enrojecimiento) y las más por casualidad.
Los primeros que expresaron una relación entre la
concepción filosófica de la enfermedad y la salud del
hombre (como organismo complejo sometido a distintos factores
naturales) y las plantas, fueron los filósofos griegos
presocráticos (Alcmenón de Crotona, Diógenes de Apolonia,
etc.).
El padre de la medicina moderna, Hipócrates
(médico de Cos, Grecia, del siglo V antes de Cristo), recoge
toda la tradición de estos pensadores y busca una causa para
las enfermedades y la forma de curar de todos los remedios.
Es, sin embargo, Diocles (otro médico griego del
siglo IV antes de Cristo, llamado "el segundo
Hipócrates") el que escribe el primer tratado que
describe las plantas y sus efectos medicinales: el "Rhizomikon"
("Tratado de las Raíces").
Pero el verdadero padre de la fitoterapia es DIOSCÓRIDES
que escribe el primer tratado completo de fitoterapia: "Plantas
y Remedios Medicinales". En su libro,
Dioscórides describe todas las plantas conocidas en su
época y su forma de uso como remedios medicinales. En total
describe 824 plantas, distribuidas en cinco libros.
De la biografía de Dióscórides no se sabe demasiado,
casi solamente que fue contemporáneo de Nerón (mediados del
siglo primero después de Cristo), pero perdura su obra como
referencia, de tal forma que incluso los tratados de plantas
medicinales escritos actualmente tienden a ser titulados como
"Nuevo Dioscórides" o "Dioscórides
actual".
Podríamos decir que desde Hipócrates y Galeno, pero
sobre todo desde Dioscórides, la medicina
"civilizada" usa las plantas como tratamiento
médico habitual. Y, efectivamente, los remedios de
hierbas se siguieron usando en toda la historia de la
medicina. Así, por ejemplo, en la recopilación de John
Parkinsond, de 1630, se recogen 3000 plantas medicinales.
De la misma época es el libro de Nicholas Culpeper
sobre herbalismo de gran importancia en Europa (sobre todo en
Inglaterra).
Sin embargo, aunque los remedios herbales seguían siendo
el soporte fundamental de los tratamientos médicos, cada vez
se fueron usando menos hierbas determinadas para dolencias
concretas, comenzando a extenderse la tendencia a prescribir
polifármacos. Este fenómeno fue debido a dos motivos: por
un lado se comenzaron a extraer los componentes químicos de
las plantas y por otro a la afición de la clase médica a
recetar mezclas de distintas sustancias. De esta forma el
médico se podía atribuir más fácilmente el resultado del
tratamiento: era el médico el que curaba, no la planta o la
naturaleza.
En esta dinámica de sustituciones a principios del siglo
XIX se extrajo la morfina de al Adormidera (Planta del
Opio) y esta sustancia comenzó a sustituir en las recetas al
Láudalo tintura alcohólica del Opio que
era uno de los medicamentos más prescritos hasta entonces.
Paulatinamente la Industria Química comienza a registrar
principios activos aislados de las plantas y a buscar
sustitutos sintéticos a los mismos y la Industria
Farmacéutica comienza a enterrar al remedio herbal.
Entre los pocos profesionales que se resisten a esta
evolución merecen una mención especial: Hilda Leyel
(que en el periodo entre guerras funda la sociedad de
herbalistas británica) o Maurice Mességué que,
entre otros, trató al papa Juan XXIII.
EL CULTIVO Y LA RECOLECCIÓN
La composición química de las plantas varía en las
distintas épocas del año y en función de diversas
circunstancias como la exposición a la luz, la humedad,
etcétera.
Tampoco les es indiferente el suelo en el que están
cultivadas y los abonos usados (no es lo mismo una planta
cultivada en medio del monte, que otra que crece al lado de
la carretera, donde absorbe y asimila toda la polución). Los
vegetales como seres vivos que son incorporan a
su ser los nutrientes del suelo y el entorno, por lo que un
deficiente abonado o el uso de pesticidas no naturales
inhabilitan también a esa planta como medicamento.
Esta es la razón por la que el cultivo y la recolección
de la planta, en cuanto al momento (incluida la hora del
día) y al lugar, es fundamental en fitoterapia.
Precisamente por todo esto existen preparados de distintos
laboratorios -a la venta en farmacias o herboristerías- que
optimizan las condiciones de siembra, crecimiento y
recolección de las plantas y seleccionan sus partes activas.
Si uno no es un experto a la hora de cultivar, recolectar,
seleccionar y preparar las platas de uso medicinal (sobre
todo en las potencialmente peligrosas), es preferible fiarse
de los profesionales y comprarlas ya envasadas. Esto quiere
decir que no se deben recolectar sin más en el monte
o la huerta y, también, que no es recomendable comprar las
que se venden a granel en los mercados, cuya procedencia no
siempre es comprobable y cuya comercialización es, por otra
parte, ilegal según las leyes de consumo, farmacia y
sanidad.
LA CONSULTA DE FITOTERAPIA
Para llegar a una correcta prescripción es imprescindible
un correcto diagnóstico que en este caso, y a diferencia de
lo que sucede en otras terapias no convencionales como
acupuntura o la homeopatía, en nada difiere del realizado
para las terapias convencionales. Realmente la fitoterapia es
una terapia totalmente convencional en todo salvo en una
cosa: el medicamento que se prescribe será una planta o una
mezcla de plantas, en vez de un medicamento químico.
El criterio de uso, entonces, es el mismo que en la
medicina oficial: cada planta se encuadra dentro de un grupo
terapéutico en función de sus efectos, de forma que una vez
realizado el diagnóstico de la enfermedad se prescribirá
la/s planta/s que tenga/n la acción curativa (o paliativa)
de ese cuadro patológico, siendo necesario conocer la
farmacología de los mismos, es decir: su mecanismo de
acción, su dosificación, sus efectos secundarios, sus
interacciones y su posible toxicidad.
LOS FITOFÁRMACOS
Los fitofármacos son los medicamentos que el médico
receta cuando usa el herbalismo o fitoterapia como técnica
terapéutica.
Con una misma planta se pueden fabricar fitofármacos
distintos: En primer lugar hay que aclarar que no es lo mismo
tomar la planta entera que alguna de sus partes: las hay que,
por ejemplo, su hoja es aprovechable y su fruto venenoso, en
otras solo es útil su raíz, otras cada parte de la planta
tiene distinto uso, por eso lo primero que se debe hacer es
elegir la parte de la planta a usar. Veamos algunos ejemplos:
en algunas plantas la parte activa será la planta completa
(ortiga, pulmonaria, eufrasia, pasiflora, poleo...) en otros
será la planta florida (fumaria...), o la raíz
(harpagofito, rábano negro...) o la flor (hipérico,
manzanilla...), o las hojas (ortosifon, laurel...), o las
semillas (mostaza, lino, onagra...) o el fruto (higuera,
endrino...), o incluso hay que afinar tanto como en el
caso del regaliz en el que se usa la raíz "del tercer
año" o con el muérdago del que se usan las ramas
"jóvenes".
Por último, hay que recordar que la composición de las
sustancias que la planta nos puede aportar es distinta en
función de que sea fresca o esté desecada.
GALÉNICA DE LAS PLANTAS
Para que podamos incorporar una planta a nuestro
organismo, esto es, para que sea útil como medicamento, es
necesario que sea absorbible y aprovechable por nuestro
cuerpo.
La parte de la farmacología que estudia las distintas
formas de preparar los medicamentos (incluidos los
fitofármacos) se denomina Galénica.
El herbalismo mantienen todas las formas galénicas de la
farmacopea habitual e incorpora algunas propias, recordemos
las más importantes:
- PARA USO INTERNO:
- VÍA ORAL:
- Líquidos:
- Líquidos para tomar como gotas:
- Aceites esenciales
- Extractos fluidos
- Disoluciones homeopáticas
- Macerados glicerinados
- Líquidos para emplear en grandes
cantidades: pociones
- Tisanas
- Sólidos:
- Sacáridos granulados
- Píldoras
- Formas secas divididas en dosis:
- Papelillos
- Sellos
- Cápsulas
- VÍA SUBLINGUAL: cualquier solución o forma
susceptible de ser masticada o chupada.
- VÍA RECTAL:
- VÍA VAGINAL: Óvulos
- VÍA NASAL:
- Gotas nasales
- Pulverización (aerosoles)
- PARA USO EXTERNO:
- Con acción fundamentalmente local:
- Con vehículo graso anhidro (con
grasa y sin agua):
- Aceites
- Ceratos
- Vaselina
- Parafina
- Crema o leche emulsionada
- Formas no grasas (con agua y
sin grasa):
- Loción
hidroalcohólica
- Siliconas
- Pastas al agua
- Polvos dérmicos
Todas las anteriores son formas farmacéuticas y son
usadas con mayor o menor frecuencia en fitoterapia. Vamos,
sin embargo a definir a continuación las más comúnmente
empleadas:
- INFUSIÓN: según la farmacopea española es "la
dosificación farmacéutica extemporánea
caracterizada la cocción poco prolongada del agua a
temperatura cercana a la ebullición sobre el
producto, seguido de una maceración de 30
minutos". Para que una infusión esté
correctamente realizada es necesario que se cumplan
los siguientes requisitos:
- Mezclar la misma cantidad de agua fría que
de planta.
- Mantener esta mezcla (planta humedecida) 15
minutos. Aportar agua próxima a la
ebullición para una proporción de planta en
el agua de aproximadamente el 5% (0,9 litros
de agua para 50mg de planta).
- Mantener la mezcla al baño maría,
agitándola, 5 minutos.
- Sacar del baño, tapar y mantener macerando
30 minutos
- Colar el líquido resultante y añadir agua
hasta completar el litro de mezcla.
Lo que habitualmente se usa en la clínica y llamamos
infusión realmente es el INFUSO que es una variante del
anterior, consistente en calentar 100cc de agua hasta la
ebullición; llegada ésta, se retira del fuego y se añaden
5mg de planta (lo que viene a equivaler a una cucharada
sopera), se tapa y se deja macerar de 3 a 5 minutos, pasados
los cuales, se cuela y se consume.
- DECOCCIÓN: según la farmacopea española es "la
solución extemporánea consistente en un líquido
acuoso extractivo obtenido por la acción continuada
del agua a temperatura de ebullición sobre las
plantas". Para realizarla correctamente se
deberían seguir los siguientes pasos:
- Mezclar homogéneamente la misma cantidad de
agua fría que de planta en un recipiente con
tapa (la proporción sería 50cc de agua en
50mg planta para 1 litro de infusión).
- Dejar reposar la mezcla 5 minutos.
- Añadir agua fría hasta el 50% del total (en
este caso 450cc) y mezclar bien.
- Dejar macerar 10 minutos.
- Colar.
- Añadir la misma cantidad de agua que el
total anterior (500cc).
- Calentar 15 minutos para partes blandas
(hojas, flores, brotes) y 30 minutos para las
partes duras (corteza, leños, raíces...)
Lo que se emplea en clínica realmente es la DECOCTO,
simplificación popular de la decocción consistente en
calentar 100cc de agua hasta la ebullición, momento en el
que se vierte la planta y se tapa el recipiente, dejando
entonces que siga hirviendo la mezcla entre 5 y 30 minutos
según la parte de la planta usada (e incluso la planta que
sea); luego se apaga el fuego y se deja en maceración 15
minutos; se cuela y se consume.
Como podemos observar, el error más frecuente en la
práctica habitual tanto en las infusiones (infuso) como en
las decocciones (decocto) es no esperar el tiempo suficiente
de maceración (es decir, "no dejar reposar la
mezcla"). De esta forma lo que se ingiere siempre es
agua "un poco impregnada" y no se consigue la
verdadera extracción de las sustancias activas de la planta.
- TISANAS: Son mezclas homogeneizadas de plantas
sólidas para preparar en forma de decocción
(decocto) o infusión (infuso) en proporción
generalmente de 2 cucharadas soperas (10mg) por taza
de agua (200cc).
- ZUMOS: es el líquido obtenido por la expresión de
toda o parte de una planta fresca.
- CÁPSULAS: es la forma más prescrita (con la tisana)
hoy en fitoterapia. Se preparan introduciendo en las
cápsulas polvo fino o extracto seco de las platas.
Suelen permitir un máximo de 500mg de sustancia
activa.
- COMPRIMIDOS: El polvo activo se compacta: la
preparación es la misma que en cualquier comprimido
químico. Se usan menos que las cápsulas pues suelen
permitir un máximo de 100mg de sustancia activa en
cada uno y para obtener la dosificación adecuada es
necesario tomar hasta 6 u 8 comprimidos cada vez.
- EXTRACTOS FLUIDOS: se extraen las sustancias activas
de la planta con disolventes adecuados (generalmente
alcohol de 70º) que se dejan evaporar hasta que el
peso final de la mezcla sea el mismo que el de
partida de la planta. Con esta sustancia se preparan
JARABES, GOTAS, POCIONES, ELIXIRES, etc. que son de
fácil dosificación. La diferencia entre estos
preparados es el excipiente:
- GOTAS: para tomar por boca el excipiente es
hidroalcohólico.
- JARABES: el excipiente es una solución
acuosa saturada de azúcar (64%) de peso.
- POCIONES: son como los jarabes pero se
preparan con menor proporción de sacarosa.
- ELIXIRES: Usan excipientes hidroalcohólicos
edulcorados y aromatizados.
- VAHOS: Se preparan sometiendo la planta a la acción
del agua hirviendo, lo que genera vapores con
componentes volátiles activos que se respiran.
- INHALACIONES: Se usan aceites esenciales con las que,
bien se impregna un paño o pañuelo a través del
cual se respira, bien se echan en agua en ebullición
y se respira como en el caso de los vahos.
- POMADAS, CREMAS, EMPLASTOS, LINIMENTOS, LOCIONES,
POLVOS: son distintas formas de preparar la sustancia
activa para aplicarla en la piel. Solo varía el
excipiente (vaselina, lanolina, glicerol, agua,
alcohol, etc.).
PREGUNTAS MÁS FRECUENTES EN LA
CONSULTA DE FITOTERAPIA
- El uso de las plantas medicinales
¿tiene algún riesgo?, ¿Son inocuas las plantas
medicinales?, ¿Tienen efectos secundarios?
Los fitofármacos son medicamentos y, como tales, pueden
tener efectos indeseables. Vegetal no es sinónimo de inocuo.
No hay que olvidar que la Cicuta o la Belladona son vegetales
y sin embargo son mortales ya a bajas dosis.
- ¿Importa la dosificación, la
cantidad de planta medicinal a tomar?
Efectivamente importa: se trata de sustancias activas (de
hecho muchos de los medicamentos químicos son sustancias que
originariamente se aislaron en vegetales) y por ello tienen
unos márgenes terapéuticos pasados los cuales se convierten
en tóxicas (la diferencia entre un veneno y un medicamento
es únicamente la cantidad usada).
- ¿La fitoterapia trata todas las
enfermedades?
Con plantas medicinales podemos tratar casi todas las
enfermedades no quirúrgicas: se tratarían las mismas
dolencias que con otros medicamentos. El tratamiento puede
ser curativo, o bien únicamente paliativo sintomático.
- ¿Son iguales todas las plantas
medicinales con el mismo nombre?
No siempre. A veces la diferencia en el
"apellido" varía la cantidad de principios activos
de la misma y por tanto las indicaciones o su efectividad.
Por otra parte es importante elegir la parte de la planta que
se tiene que usar en cada caso; el uso de un parte no activa
inhabilita el tratamiento.
- ¿Qué diferencia hay entre una
planta medicinal envasada y una planta a granel?
¿Qué diferencia hay entre las plantas medicinales
vendidas en farmacias, las vendidas en herbolarios y
las vendidas en los mercados?
La principal diferencia es la GARANTÍA DE CALIDAD. En la
planta envasada por un laboratorio, a la venta en el
herbolario o la farmacia, el propio laboratorio que etiqueta
es garante y se responsabiliza legalmente de una serie de
circunstancias: que el contenido es efectivamente esa planta;
que la planta está cultivada en las condiciones optimas de
abonado y fumigado no químico; que la recolección se ha
hecho en el momento adecuado; etc. En resumen, que ha pasado
una serie de controles de calidad tanto obligatorios (por
parte de las autoridades sanitarias) como, en muchos casos
voluntarios. La venta a granel de plantas medicinales está
prohibida por la legislación sanitaria en la UE.
- ¿Quién debe recomendar o
prescribir una planta medicinal?
La prescripción de un fitofármaco, como la de cualquier
otro medicamento debe ser hecha por un médico, que es el
profesional cualificado para hacer el diagnóstico de la
enfermedad, valorar el tratamiento adecuado y pautar la
dosificación optima.
- En fitoterapia ¿Se usa toda la
planta o solo una parte de la misma? ¿Siempre la
misma parte? ¿Es indiferente?
No es indiferente. Como se dijo, cada parte de la planta
tiene una composición (como ocurre con cada tejido del
hombre), y es esa composición la que condiciona su uso e
indicaciones.
- ¿Tiene el mismo efecto una
infusión que unas gotas o unas cápsulas de la misma
planta medicinal?
Si, pero existe un problema de dosificación: para
conseguir la misma cantidad de sustancia activa en una
infusión hay que beber mucho líquido, mientras que en una
extracto seco puede servir con tragarse una cápsula y en un
extracto fluido unas cuantas gotas en un dedo de agua. Por
otra parte la decocción o la infusión no siempre se
realizan de forma adecuada (generalmente no se tiene
paciencia para dejarlas reposar). Así pues, de nuevo se
trata de un problema de dosificación, por lo que las
infusiones y decocciones se dejan para los casos en que son
suficientes dosis bajas de la planta.
- ¿La fitoterapia sustituye a la
medicación convencional?, ¿Se debe dejar de tomar
la medicación habitual?
Depende de los casos: a veces la sustituye, a veces la
complementa (disminuyéndola). En cualquier caso es siempre
el médico quien deberá decidir y nunca el enfermo por su
cuenta.
- ¿Se pueden usar en niños y en
embarazadas?
Al igual que todos los medicamentos, las plantas
medicinales deben ser usadas con cuidad en las embarazadas,
estando algunas totalmente contraindicadas.
En los niños, además de que algunas plantas no deberían
usarse, en todos los casos se debe ajuntar la dosis según la
edad y el peso de cada uno.
- Si los fitofármacos actúan como
los medicamentos químicos, ¿qué ventaja supone
usarlos? ¿Por qué puede ser mejor usar una planta
medicinal que sus principios activos sintetizados
químicamente?
Porque tienen un efecto sinérgico de todos sus
componentes, de forma que el efecto global de la planta es
superior (a menor dosis y con menor toxicidad) que la suma de
los efectos de los principios activos dados por separado.
Además unos componentes se potencian entre sí pero otros
protegen de los efectos indeseables de los otros.
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